domingo, 30 de diciembre de 2012

Poema dadaísta (o simplemente random)

Mi misión no es matar, pero a ti no puedo soportarte.
Gracias por pensar en mi.
Era una noche helada y las estrellas brillaban con intensidad.
Cualquier otro día, cualquier otro momento, cualquier otra vida.
Cerró la puerta y le besó como si no hubiera mañana.
Le dijo la vejiga al cerebro.
Algún día el mundo llegará a su fin.
No sabía a quién llamaba, sólo escuchó una hermosa voz masculina.
Me desperté, salté de la cama y me miré al espejo.
Las hormigas mientras tanto hacían cosquillas a sus tallos.
Pero si bajase y las torturas no pudiese soportar...
Pensó huir y se apresuró hacia la salida.
Me quedo en el limbo.
Preguntó por qué nadie quería besarla. Él le dijo que lo haría encantado.
¿Subir o bajar?
Cada flor comentaba con una abeja lo bella que estaba la mañana.
¿Cielo o infierno?
Para eso aún falta mucho.
Sólo vi a una persona demacrada y sin ganas de soñar.
La luna reinaba en el cielo nocturno.


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