domingo, 30 de diciembre de 2012

Balance de 2012


Veo a todo el mundo hacer balance del año que está a punto de terminar y me planteo lo que ha sido este año que acaba para mi. Sin duda alguna ha sido el año más radical de los últimos que he vivido. He hecho cosas que me han hecho muy feliz, como reencontrarme con gente que hacía años que no estaba en mi vida, como volver a retomar hobbies que dejé de lado en algún estúpido momento, como descubrir un mundo musical increíble como es el indie, lleno de gente majísima, música increíble y conciertos locos.
También este año he conocido a mucha gente, he salido, he vuelto a cantar, a reír, a bailar. He vuelto a ser la persona que era hace cuatro años cuando volví de Irlanda, no exactamente igual, no sé si mejor o peor, pero he retomado cosas con las que necesitaba reencontrarme.
He aprobado exámenes que tenía pendientes, he aprendido a crear pequeños objetitos de felicidad que regalar a los que quiero, he entrado en el mundo de Facebook, he vuelto a Sharedtalk, he empezado a abusar de Twitter y Tumblr, he empezado a subir cositas a Deviantart y he disfrutado infinitamente de Subcultura.
Pero como todo lo que pasa en esta vida, este 2012 también ha tenido sus malos momentos. Relaciones que se rompen, bajones pre-exámenes, agobios, sustos médicos, chocolate quemado, gritos recibidos, sueños que no se han cumplido.
A pesar de todas las cosas malas este año ha sido bastante increíble. Y loco, desde mayo a este día ha sido una sucesión de cosas que no esperaba que pasasen y que no me habría imaginado lo más mínimo que fueran a suceder.
Y supongo que todo ha sido para bien. Aunque a veces dudemos de si las decisiones que hemos tomado son las más acertadas con el tiempo te das cuenta de si has hecho lo correcto o no. Yo sin duda lo he hecho, adoro ser libre para hacer lo que quiera y salir con quien me proponga un buen plan; poder perder el tiempo haciendo origami y brochecillos de hama que regalar; ver películas y series cuando me apetezca; darme cuenta de que puedo vivir sin teléfono móvil.
Aunque a ratos pierda la cabeza, soy feliz. Muy feliz. Así que eso significa que el año ha sido muy bueno. Gracias a todos los que habéis reaparecido, a los que nunca desaparecisteis e incluso a los que estáis por llegar este año nuevo.

¡Feliz 2013!

Poema dadaísta (o simplemente random)

Mi misión no es matar, pero a ti no puedo soportarte.
Gracias por pensar en mi.
Era una noche helada y las estrellas brillaban con intensidad.
Cualquier otro día, cualquier otro momento, cualquier otra vida.
Cerró la puerta y le besó como si no hubiera mañana.
Le dijo la vejiga al cerebro.
Algún día el mundo llegará a su fin.
No sabía a quién llamaba, sólo escuchó una hermosa voz masculina.
Me desperté, salté de la cama y me miré al espejo.
Las hormigas mientras tanto hacían cosquillas a sus tallos.
Pero si bajase y las torturas no pudiese soportar...
Pensó huir y se apresuró hacia la salida.
Me quedo en el limbo.
Preguntó por qué nadie quería besarla. Él le dijo que lo haría encantado.
¿Subir o bajar?
Cada flor comentaba con una abeja lo bella que estaba la mañana.
¿Cielo o infierno?
Para eso aún falta mucho.
Sólo vi a una persona demacrada y sin ganas de soñar.
La luna reinaba en el cielo nocturno.


martes, 6 de noviembre de 2012

Sombrero


Lleva un sombrero marrón algo raído en el ala que oculta su rostro parcialmente. Su cabello color azabache se escapa en forma de mechón rebelde que quiere escabullirse del yugo que le impone el sombrero. Sus ojos marrones son tan expresivos que no necesitaría ver el resto de su cara para poder descubrir sus sentimientos, y su boca es tan sensual que con sólo sonreír podría eclipsar la luz más potente del mundo.





viernes, 3 de agosto de 2012

Lo que no podemos ver


A medida que ando por la calle me cruzo con muchas otras como yo. Podemos vernos, aunque los humanos no lo sepan, llegamos a tener nuestras propias conocidas a las que saludamos al pasar, e incluso podemos tocarnos de una manera mucho más íntima de lo que las personas imaginan, llegando mucho más lejos al unirnos de lo que ellos jamás podrían soñar. Pero a pesar de esto, tenemos una relación tan estrecha con los hombres que apenas nos relacionamos entre nosotras intentando hacerles felices a ellos en sus deseos más profundos, intentando cuidarles de sus miedos, protegiendoles de todo aquello que piensan que puede dañarles, aunque nosotras sepamos que ese daño no existe. Lo único que intentamos es que su interior les asuste lo menos posible.

Existimos en una dimensión paralela a la humana, de hecho se podría hasta decir que existimos dentro de ellos, a pesar de que no es tan sencillo como eso. Aún así, eso es lo que los humanos piensan, que somos parte de ellos, como si pudiesen poseernos como poseen sus riñones, su hígado, sus pies... No obstante a veces nos sentimos como sus esclavos, ya que los momentos en los que nos podemos alejar de sus cuerpos son tan pocos que muchos de nosotros tardan milenios en saber qué es unirse a otro de los nuestros, qué se siente al fundirse de nuevo en una sola esencia, que es algo que sólo podemos hacer cuando los propios humanos se funden en uno sólo. Durante la vida de un humano no muchos tienen la suerte de poder encontrar a su Ardha, ya que necesitamos que nuestro humano se una a su humano portador, y esto puede resultar extremadamente complicado, hay una posibilidad entre millones que esto ocurra, pero en el momento en que lo hace los portadores de las dos Ardha saben que estarán juntos siempre, de una manera u otra, que su amor no es uno cualquiera. Las Ardha saben que acabarán uniéndose, su eternidad lo garantiza, y el surgir de una misma fuente asegura que su lazo no se quebrantará pase lo que pase. Puede que sus portadores malgasten su vida sin encontrar a la otra, o que simplemente caigan en lugares remotos, pero aunque pasen siglos sin poder fundirse se acabarán encontrando. Es tan intenso el momento en el que nos unimos... Dos Ardha juntas pueden hacer que nazca una nueva estrella, que florezca un bosque entero, que nazca una nueva vida sea del tipo que sea.

Pero aunque es ésta una parte interesante de nosotros, seguiré relatando cómo nos imaginan los humanos. Muchos de ellos dicen que tenemos colores ¡Vaya una chorrada!, ¿no? Claro, ahora somos gusiluces, o camaleones, cambiando de color para camuflarnos en sus cuerpos. Que estupidez, estos humanos... Muchos piensan que somos lo que les hace sentir, pero somos mucho más que eso. El hecho por el que estamos atados a ellos durante su corta existencia es primordialmente asegurar nuestra propia supervivencia a lo largo del paso de los siglos. De hecho, si no estuviésemos a su lado, alimentándonos de sus sueños, de sus miedos, seríamos una energía más, sin otro cometido que flotar en el universo. Podríamos decir que nosotros mantenemos vivos a los humanos, pero a su vez ellos nos mantienen “vivos” a nosotros.
Un humano no sabe realmente que existimos hasta que muere, puede intuirlo, puede creer o no las leyendas y los cuentos de la gente, pero no descubre la verdad hasta el momento en el que fallece, cuando ve a la que le acompaña, que le recibe con una cálida sonrisa, un abrazo y unas palabras de aliento, de fuerza para que continúe adelante.

Estoy segura de que querréis saber cómo somos asignados a los humanos. En realidad no se nos asigna, no hay ninguna “fuerza superior” que rija las normas entre nosotras, simplemente somos transportados a otro lugar. Para un humano el proceso sería como lanzarse por un tobogán larguísimo. Me explico: cuando nuestro humano portador fallece somos arrastrados hasta otro, uno que acaba de nacer. Solamente tenemos unos minutos en los que podemos estar sin humano, pero no suele llevarnos más de 10 segundos encontrar uno nuevo que acaba de llegar a su mundo y no tiene asignada a ninguna de nosotras. Normalmente influimos bastante en la personalidad del humano al que acompañamos, cada una de nosotras aporta unas sensaciones distintas a cada humano, aunque supongo que por mi no-descripción de mi especie estaréis pensando que somos todas iguales.
Para nada, nuestras naturalezas pueden ser absolutamente iguales, como las de las Ardha que nacen de una misma fuente, o completamente distintas e incluso opuestas. A esto último le llamamos Vibhinna, cuando dos de nosotras somos incompatibles. Es gracioso encontrarse con tu Vibhinna, los portadores suelen sentir un odio instantáneo hacia el otro, una rivalidad insalvable, y es que nada en el universo conseguirá reconciliar a dos Vibhinna. Pero es normal que existan diferencias entre nosotras, como todos ya sabemos el universo se rige por energías, necesita haber un yin que contrarreste un yang, un alto que se oponga a un bajo, un malo que quiera acabar con un bueno, y en nuestra dimensión no iba a ser menos, pero no podemos dejarnos llevar por nuestra naturaleza, ya que lo que de verdad nos guía y nos debe importar es ayudar a nuestros portadores, hacerles realizarse y conseguir que lleven a cabo sus sueños.
Pero no siempre es posible, si los humanos no quieren dejarse guiar no hay nada que hacer, sólo nos queda acompañarles en sus decisiones, a pesar de que sepamos que lo que hacen no es correcto.

No me gustaría terminar este relato sin describirnos “físicamente”. Somos seres etéreos, sin una forma concreta. Nos adaptamos a los espacios en los que nos movemos, no tenemos ningún rasgo distintivo en lo que a nuestra imagen se refiere. Pero cada una de nosotras surge de una fuente distinta, como ya he dicho antes, y eso nos es más que suficiente para poder reconocernos. No somos seres mágicos, no somos sombras, somos energía.


Todo esto es lo que implica ser aquello que algunos llaman las psijés, otros por su parte lo denominan animae, pero a nosotros nos gusta llamarnos simplemente almas.

viernes, 3 de febrero de 2012

The Sun Rising- John Donne

Pues es que en literatura estoy dando a este hombre, y me encantó este poema que vimos el otro día en clase. Tanto que lo he traducido. Dejo aquí mi traducción, ¿mejor o peor? Me da igual, es mía.


Ajetreado viejo idiota, indomable Sol,
¿Por qué tú
Entre ventanas y cortinas nos visitas?
¿Deben las estaciones de los amantes correr según tus movimientos?
Insolente y pedante infeliz, ve a reprender
A escolares tardones y amargados aprendices,
Ve a decirle a los cazadores de la corte que el rey saldrá a cazar,
Dile a las hormigas del campo que comiencen a cosechar:
El amor, sólo él, no conoce de estación ni de clima,
Ni de horas, días, ni meses, que son los andrajos del tiempo.

Tus rayos tan respetables y fuertes
¿Pero qué piensas?
Podría eclipsarlos y taparlos con un guiño de mis ojos,
Pero no querría perder su visión ni un segundo.
Si sus ojos no han cegado los tuyos,
Mira, y mañana tarde cuéntame,
Si ambas la India de las especias y la mía
Están dónde tú las dejaste, o yacen aquí junto a mi.
Pregunta por esos reyes a los que viste ayer,
Y deberías escuchar, “Todos yacen aquí en una cama.”

Ella es todos los países, y yo todos los príncipes;
Nada más hay;
Los príncipes tan sólo juegan con nosotros; comparado con esto,
Todo el honor es mímica, y toda la riqueza alquimia.
Tú, Sol, no sabes ni la mitad que nosotros,
Que el mundo está aquí contraído;
Tu edad pide descanso, y al ser tu tarea
Calentar el mundo, lo has conseguido calentándonos a nosotros.
Brilla aquí para nosotros, así estarás en todas partes;
Esta cama es tu centro, estas paredes tu esfera.


¡Espero que os haya gustado tanto como a mi! ^^


Y por si quereis leerlo en inglés, aquí teneis la versión original. ^^

¡Un beso!